Descripción
Linaje Garsea Señorío de Caleruega 2011 3 botellas
Ficha técnica:
Variedad: 100% Tempranillo.
Elaboración: Vendimia diurna, mantenimiento de la uva a 6 grados hasta el despalillado a las 07:00 horas, por mantener la temperatura. Encubado el mosto retrasando 4 días la fermentación (maceración), temperaturas entre 6 y 10 grados. Levaduras naturales de la uva, las que entran en bodega, sin añadidos, ni aditivos, de forma natural. Remontados, tres veces, diarios con los antiguos bazuqueados manuales al sombrero para la máxima extracción de materia colorante. La duración de la fermentación alcohólica fue de 7-8 días siendo controlada entre los 27 y 30 grados de temperatura. llegado a la densidad deseada, 4 días de maceración, buscando la carga tánica. Extracción de pepitas hasta un 25% en delestages. Solo mosto yema. La fermentación manoláctica se hizo en barricas nuevas, climatizando (20-22º) la bodega (espacio de barricas de Señorío de Caleruega) tardando dicha fermentación 20 días. Trasiego a las mismas barricas. Clarificación con Albumina. Decantado por el rigor invernal. No filtrado.
Envejecimiento: Crianza de 17 meses en barricas 100% francesa, tipo Blend, grano fino, tostado medio. Después reposo en botella, hasta el día de su etiquetado.
Denominación de origen: DO Ribera del Duero.
Bodega: Bodegas Linaje Garsea, ubicada en Castrillo de la Vega, a unos 3 kilómetros de Aranda de Duero, Burgos.
Grado alcohól: 14,67%.
Analítica:
Acidez Total (TH+): 4,76 g/l
Acidez volátil: 0,55 g/l
Azúcar Reductor: 1,60 g/l
Densidad: 0,993
Nota de cata:
Color: Intenso, con mucho colorante. Capa alta, bien definida. Rojo Picota con detalles violáceos en menisco.
Nariz: Potente. Equilibrado, sin despuntes, balanza entre aromas de barrica y aromas frutales (fruta negra madura), no ácidos (grosella), despuntando la mora y la ciruelas negra (compota) en plena madurez, a caballo con los aromas de cacao, vainilla, canela, caramelo y balsámicos. Señorío de Caleruega es complejo, de estudio, en nariz.
Boca: Potente, envolvente con tanino maduro, sin asperezas, aun con la carga tánica, pasa en boca sin dejar rencores, fresco, vivo, se bebe tremendamente bien. alcohol y acidez bien integradas. Franco en boca. Eterno en final de boca.
Viñedo:
Valdecobos, proporcionada en arcillas y calizas y rica en hierro, potasio y otros minerales, produce en uno de los valles internos más preciados de Ribera del Duero al sufrir menos el rigor de las heladas de primavera y otoño, recibir un sol que madura el fruto a la perfección y apenas necesitar tratamientos no ecológicos ni abonos en las viñas.
Junto a la Bodega Linaje Garsea, la segunda zona de viñedos corre paralela al Río Duero en los límites de Aranda. La tierra, más húmeda y rica en materia orgánica pero también más expuesta a la dureza del clima, alberga viñas que hay que cuidar con esmero, darles un trato especial, estar más pendientes de ellas, pues el agua aflora con facilidad y hay que bajarla con franjas de drenaje para que las raíces la busquen con mimo, consiguiendo así menos uva pero de una excelente calidad. La Quiñonera es un terreno parco, rudo, sin agua. Arcilloso y muy mineralizado, da uvas pequeñas, compactas. Uvas sensacionales que empiezan ya a escribir su futuro.
Las explotaciones, en total 51 hectáreas entre las propias y las familiares, todas cuidadas por ellos, con viñas de hasta más de 45 años, no superan las 3.000 cepas por hectárea, muy por debajo de las 4.000 permitidas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero que avala sus vinos, con el fin de garantizar un mejor reparto de la viña y el mayor control de su producción.
La viña es un ente vivo, y si la quieres te quiere. Por eso cada sorbo de vino que resultará al final, es un regalo único.
En invierno, la vid descansa. Podan dejando solo tres brotes para el futuro y, pasadas las heladas, los dejan en dos. Resistir al hielo, bueno para el suelo pero peligroso para la planta, habrá sido una prueba superada.
En primavera, los primeros vestigios de vida nos encuentran en el campo, ayudando a la vid con una poda de ramaje para que reparta la sacarosa por menos pámpanos y hojas, enriqueciendo así cada uva que nace.
Durante el verano dejan que el crecimiento sea lo más natural posible, eliminando las hierbas con cultivadores para evitar el uso de herbicidas.
En otoño, con el fruto cogiendo ya volumen. Hechas ya las dos podas de uva. Sí, de uva, para lograr una producción menor pero de mucha más calidad. Y sí, lo hacen en dos veces para que la planta note menos la falta de racimos y regule con naturalidad su propio metabolismo.
Y sin salir del otoño, llega la vendimia. Todo el trabajo del año se recompensa con más trabajo, si cabe aún más importante y crucial para la familia: seleccionar qué uvas merecen convertirse en buen vino, coger siempre a mano, sintiendo su latido, solo las que han alcanzado el punto de maduración óptimo, a veces de noche para evitar que el calor arranque su fermentación antes de tiempo, y limpiándolas y apilándolas con cuidado al llegar a la bodega, en cajas de 12 a 20 kilos a lo sumo para poder vigilarlas y evitar que se deterioren.
Vendimia manual y seleccionada en la cepa por vendimiadores. La vendimia se llevó a cabo en cajas de plástico de 12 y 20 Kg apilables para su trasporte.
Bodegas Linea Garsea:
Linaje Garsea es una bodega de tercera generación fundada en 1888 en tierras de Toledo, España. Ahora en Ribera del Duero, donde desde los últimos 30 años nuestra familia ha aportado la experiencia adquirida en el pasado. Dos pilares son el buque insignia de esta bodega familiar; elaboración de vino de calidad natural y saludable. Utilizando una adición mínima de sulfuroso durante la elaboración del vino, sin fertilizantes ni riego en el viñedo. Prácticamente ninguna intervención humana. Estos factores únicos le otorgan a Linaje Garsea la autenticidad muy reconocida por muchos en esta industria.