Descripción
Pago Finca Élez Cencibel 2020 6 botellas
Vino hecho por Pago Finca Élez. Bodega con propia Denominación de Origen, socia-fundadora de los Grandes Pagos de España, con viñedos a gran altura, 1.080m. Todos sus vinos son ecológicos certificados.
Ficha técnica:
Variedad: Cencibel 100% (Tempranillo).
Elaboración: Maceración con un tercio de uva sin despalillar durante 40 días. Control de la maceración por cata. Durante la maceración se hacen remontados y bazuqueos suaves para conseguir una extracción suave de los taninos, buscando conservar la parte floral de la uva. Fermentación controlada por debajo de 25ºC. Los trabajos en bodega se realizan bajo las pautas de vino ecológico desde el año 2011. El clima de la zona favorece el cultivo ecológico: un ambiente muy seco y aire fresco ayudan a mantener sano el viñedo.
Envejecimiento: Crianza total de 18 meses entre barricas de bosques y tonelerías francesas.
Denominación de Origen: DO Finca Élez. Pago Finca Élez fue la primera bodega en España en obtener su propia Denominación de Origen). Han hecho posible el reconocimiento más destacado: LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN «FINCA ÉLEZ». Fue reconocida como vino de Pago en julio 2002, por el Gobierno de Castilla La Mancha. Dicho reconocimiento obliga a todos los caldos a pasar 3 diferentes tipos de controles externos (oranoléptico, analítico y de trazabilidad) antes de poder salir al mercado en dicha mención.
Bodega: Pago Finca Élez, ubicada en El Bonillo en el corazón de Albacete, Castilla la Mancha, en un entorno único de un gran valor natural.
Grado de alcohol: 14%
Producción: 3.157 Botellas
Nota de cata:
Color: Capa media alta, color rojo rubí.
Nariz: Notas florales y aromas de fruta roja fresca.
Boca: Frescura y mineralidad. Tanino pulido, largo, fresco y muy elegante.
Viñedo:
Vino de finca procedente de las parcelas La Nueva, La Vieja y El Palomar, en- Finca Élez, en- El Bonillo (Albacete) cultivadas a 1000 metros de altitud. Suelos procedentes del mesozoico con más de 66 millones de años. El tipo de suelo es franco arcilloso arenoso sobre una base de roca caliza.
Viñedos en altura
El vino nace de la uva, por ello, aspectos como la altitud en la que esta se cultiva, resultan claves en la obtención de un vino de calidad. La altura de 1.080 metros donde se encuentran nuestros viñedos implica más y mejor radiación solar. Además, se produce una mayor amplitud térmica, que puede alcanzar los 20 grados, durante los meses de gestación y maduración de la uva.
El tanino fino de nuestros vinos tintos
En estas condiciones se induce una maduración lenta y prolongada de la que se obtienen granos más sufridos, pequeños y con mayor proporción de hollejos que de pulpa. Puesto que en el hollejo se encuentran los taninos, a más altura, más taninos. La altura junto con los suelos calcáreos contribuyen a un mayor contenido en tanino fino y amable, un rasgo fundamental de nuestros vinos tintos.
La altura aporta acidez
La altura, gracias a la amplitud térmica que genera, aporta un efecto refrescante que incrementa los índices de acidez.
Ideales para crianza en barrica
Los vinos que provienen de estas uvas ofrecen gran variedad de color, amplitud, profundidad de aromas y gran complejidad en boca. Además, se convierten en mucho más aptos para la crianza en barrica por su mayor acidez y proporción de taninos.